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El diagnóstico por TAC es una técnica no invasiva que produce imágenes en tres dimensiones de diferentes partes internas del cuerpo para una mejor evaluación y el diagnóstico de múltiples enfermedades.

Gracias a su sensibilidad, es necesario que los pacientes se encuentren bajo anestesia general o sedación profunda para poder realizar la prueba.

Es muy útil y necesaria en la mayoría de las especialidades veterinarias, aunque podemos destacar su uso en oncología para identificar posibles metástasis en tórax y abdomen, así como delimitar los márgenes de masas palpables. Otros usos muy importantes incluyen el diagnóstico de malformaciones o lesiones ortopédicas y la planificación quirúrgica y endoscópica de un amplio abanico de patologías.

Para sacarle el máximo partido a esta técnica, en ocasiones utilizamos medios de contraste,  lo que nos permite afinar nuestros diagnósticos (mielografías, angiografías, artrografías, etc.).